tecuanes punto com. Blog de Evalenzo

Tuesday, February 08, 2005

Fusión

Tengo la piel delgada, frágil e indefensa, tanto que a veces siento lástima por ella, porque no es capaz de mantener dentro de sí la soledad. Si tan sólo supiera que pertenece a alguna parte, la colgaría del perchero más alto y perdería mi rastro en la línea vertical. Pero por ahora sólo puedo caminar a mil seiscientos kilómetros de mi panteón adormecido, pensando en la diosa que no pude rescatar- que se divierte no queriendo saber nada mas de mí-, en mi grupo de fantasmas buscando siempre alguna sesión espiritista para cantar una canción, y en una nube homosexual que baja para coquetear un poco con un perro de su mismo sexo, pero que, al no encontrar ninguno, se conforma tan sólo con abrirme las puertas de la noche y tomarme algunas fotos en la parada de los vagabundos.
Y camino, camino tan lejos que me despierto con un sabor a infancia, y vuelvo a sentir lástima de mí mismo y de mi piel, que se ha cansado de seguirme a todos lados. Creo que ambos queremos estar un poco a solas ¿sabes?, es sólo que aquí no hay tiempo. No hay tiempo de nada ya.

------000------ooo------000-----ooo-----000-----ooo----

2


Y tomamos decisiones tan precipitadas que ponemos nuestra vida en manos de un niño sacando granos de sal, ¿es verdad que una gaviota puede cambiar una idea, una confrontación o una lección de inexistencia?

------------000000-------ooooooo--------0000000--------

3

Un pastor camina sobre la luna, traduciendo cabizbajo el resplandor de las estrellas, logrando por fin que las palabras describan la tinta que las crea. Pero sigue triste porque nadie ha confirmado su asistencia a la ceremonia del café, donde por fin casará eternamente con la incertidumbre, mientras, ella sigue acumulando vicios que sean agradables para ambos.

Pero cierras los ojos, cierras los puños y el sonido. Soportabas no verla largo tiempo mientras los dividiera tan sólo una ciudad. Ahora las ecuaciones se entrometen en tu sueño, quisieras poder estar en tregua con lo abstracto, o haber enloquecido de pequeño, así no tendrías que preocuparte de los monstruos que te han ido señalando, ni caminar alrededor de una botella preguntándole a la puerta: ¿verdad que puedo llamarte: Madre? Pero el frío te hace sentir seguro, paseando junto a las máquinas multimillonarias, agachando la cabeza y sonriéndole al asfalto: esta va por ti, esta va por mí, esta por ti, y así hasta llegar al final de la avenida, donde la señal de transito dice: cementerio.
Entonces te sientas, abres otra lata y te rascas la resignación, preguntándote quizás, si habrá alguien que te lleve de regreso

Pero eso no sucede
No sucede. La distancia es inversa al tiempo. No soportas estar lejos, quieres verla, no porque no la veas, sino porque no la puedes ver. Levantas la cara y le preguntas a una ráfaga preñada dónde queda la próxima montaña. Y vuelves a sonreír, al mirar que una marioneta baila frente a un espejo y te sonríe, y tú le sonríes, y ella te sonríe más y así, hasta que al mismo tiempo se quitan un poco de mugre de los dedos. Entonces te das cuenta de que estás en un valle, en un enorme valle donde no puedes imaginar ballenas, ni licores cayendo del cielo, y por vez primera piensas en todo lo que has dejado atrás.
El autobús se para, pero ninguno de los dos se sube (aunque crees que la marioneta hizo el intento). Y tú sólo observas, poniendo un abrigo sobre tu cabeza para retener la lluvia que sube desde el suelo.
Y sonríes, sonríes queriendo expresar melancolía, pero te han engañado las hormigas, esas pícaras que detectan rápidamente la credulidad, te han contado que existen otros tipos como tú, y te llevaron a una ronda enorme, hasta que te enfadaste y tuviste que comerte a seis. Y luego despertaste, y sabías que estabas despierto porque eras pájaro de nuevo, y volabas de regreso a las montañas, mirando las calles desde arriba, y la distancia ya no se medía en trillones de segundos, y eras feliz, aunque no sabías que cara poner ante tal cosa, y aunque después de un rato te invadió el terror, el miedo de tener boca y no poder gritar, todo lo malo se desvaneció al mirar a lo lejos la primer ballena

Evalenzo
Houston Texas.


0 Comments:

Post a Comment

<< Home